Inicio › Ellos
Lo adopté con dos años después de que una asociación lo rescatara cuando vivía como un perro callejero en un pueblo de Jerez, y ya llevamos 13 años juntos. Lo adoptaron y devolvieron dos veces antes de llegar a mí. Sus experiencias pasadas y falta de socialización lo conviertieron en un perro miedoso, ansioso y muy tímido. Hubo cosas que supe hacer bien con él, otras que no… Creía saber de perros pero aún tenía muchas falsas creencias anticuadas que hoy en día he desterrado totalmente.
El me enseñó la maravilloso que es adoptar un perro lleno de miedos e inseguridades y verlo transformarse en un perro seguro y feliz. Después de ser mi gran compañero de aventuras durante mucho tiempo, hoy en día es un abuelo de 15 años que empieza a tener deterioro cognitivo y me sigue enseñando más y más sobre ellos y cómo ayudarlos en todas las fases de su vida.
Una historia más de un abandono. Nos la encontramos abandonada de noche en mitad de la carretera a principios de agosto. No era mi idea quedármela, pero es una perra tan especial que se ganó mi corazón desde el primer minuto y ya no salió de casa. Por entonces Lola tendría 5 años y cero experiencias acumuladas.
La pobre no sabía nada del mundo, debió pasar toda su vida encerrada en algún sitio y entonces empezó a descubrir el mundo. Siempre tuvimos una relación muy especial, pero desde que me formé más y empecé a entenderla de verdad, nuestro vínculo se transformó hacia uno tan profundo que me pesa no haber empezado éste camino mucho antes.
Ésta experiencia es mi mayor motivación: ayudar a otras familias a alcanzar éste nivel de entendimiento y vínculo con sus amigos sin esperar tanto como lo hice yo. Quiero que podáis vivir lo que yo disfruto ahora con mis ellos: una relación plena basada en la comprensión, la confianza y el respeto mutuo.